Emma Watson entró en locura al tener que compartir sus asignaciones de la universidad con las grabaciones de Harry Potter y las Reliquias de la Muerte.
Yo estaba filmando en mis descansos, y regresaba a mi vida universitaria y trataba de concentrar mi cabeza en las clases. Fue muy duro, sostuvo Emma Watson a MTV.
Las grabaciones de las dos películas finales de la saga Harry Potter se extendían a más de un año y medio, por lo que Emma debía dedicarse solo a esas dos actividades. Según sus palabras, el no tener tiempo le hizo sentir como una esquizofrénica.