Fue en su viaje a Australia. Aprovechando que estaba por allí, el cantante Justin Bieber se atrevió a atarse una cuerda a los pies y lanzarse al vacío desde un puente de 40 metros.
Y como la primera caída le gustó mucho, aunque gritó bastante según testigos, le picó el gusanillo y repitió la experiencia una vez más.
Después de eso, se fue a una escuela a dar un concierto. ¡Él sí que es un profesional!